Actualizado: 7 feb 2020

Primer Paso: Establece un lugar y momento donde te sientas cómodo y no seas
interrumpido por algunos minutos.
Segundo paso: Siéntate cómodamente, cerramos nuestros ojos y comenzamos a
respirar.
Vamos inhalando por la nariz lenta y profundamente, sintiendo como el aire entra
a través de la nariz, pasa por la zona de nuestra garganta y va llenando nuestros
pulmones completamente, desde la parte más baja, hasta la zona más alta de
ellos. Esto va aquietando nuestros pensamientos y sentimos la sensación de
plenitud que nos aporta.
Ahora vamos espirando de la misma manera, lenta y profundamente, sin que
quede nada de aire en nuestros pulmones, sintiendo todo el recorrido que hace el
aire al salir de nuestro cuerpo, pasando nuevamente por nuestra garganta y nariz.
Lo sentimos en cada zona por donde pasa. Vamos sintiendo que al espirar
liberamos todas nuestras tensiones, a través del aire que está saliendo,
aumentando todas las funcionalidades de la respiración.
Esto lo repetimos entre 5 a 7 veces.
Tercer paso: Ahora comenzamos a relajar nuestro cuerpo, lo importante es hacer
un enlace entre nuestra respiración y la relajación de nuestro cuerpo. Para ello
haremos un recorrido interno de éste, sintiendo que al inhalar lo llenamos, en este
caso, de Paz y al espirar los músculos de esa zona, donde tenemos nuestra
atención, se relajan, liberando todas las tensiones y la energía vital fluye
libremente. Puedes respirar más de una vez en cada zona del cuerpo, según
sientas la necesidad de hacerlo.
Primero sentimos y ponemos nuestra atención en nuestras plantas de los pies,
talones, empeine y tobillos y vamos inhalando y sintiendo que se llenan de Paz y
al espirar se van soltando y dejamos que se libere toda la tensión que ahí se
acumuló. Ahora respira nuevamente y siente que están relajados.
Seguimos ahora haciendo lo mismo con nuestras pantorrillas y rodillas, sintiendo
como se relajan, se llenan de Paz y sueltan todas las tensiones acumuladas.
Continúa con los muslos, los glúteos, la zona de tu pelvis y genitales. Siente y
observa como al inhalar se llenan de Paz y al espirar se sueltan, se liberan.
Siente ahora que toda la parte inferior de tu cuerpo esta relajado.
Ahora ve a tu vientre, y siente como al inhalar tu abdomen, colon y riñones se
llenan de Paz, y al espirar sueltan todas las tensiones. Continua relajando tu
estómago, hígado, páncreas y siente que tu aparato digestivo suelta y elimina
todas las tensiones.
Ahora siente tu pecho, siente como se abre y va soltando todas las tensiones ahí
acumuladas. Focaliza tu atención en el corazón y mentalmente acarícialo, háblale
y dile que se aquiete, que ya todo tu cuerpo está en orden y que tu estás lleno de
Paz.
Siente tu espalda y al inspirar la llenas de Paz y al espirar todos los músculos se
relajan. Sientes que la columna vertebral esta en perfecta sintonía con la vida. La
energía vital fluye por todo tu cuerpo llenándolo de Paz.
Sigue ahora con tu cuello y hombros, abasteciéndolos de Paz y renovándolos,
mediante tu respiración, soltando todas las tensiones.
Inspira y siente que tu cara, cabeza y cerebro se llena de Paz y al espirar va
soltando todas las tensiones y preocupaciones acumuladas.
Cuarto Paso: Así ahora respira profundamente y siente que estas en Paz, sientes
que todo tu cuerpo está relajado, y te repites mentalmente “Yo Soy Paz”. Y siente
que esa Paz está incorporada en tus sentimientos, pensamientos y en tu cuerpo.
Repite “Yo Soy Paz”.
Es importante que sientas que tu cuerpo es parte de esta armonía que te integra a
la Paz, al bienestar. Mantén esta imagen y sensación por unos minutos, para que
tu cuerpo y tu mente sigan alineados con el bien.
Este ejercicio lo puedes ajustar para realizarlo en cualquier parte y momento del
día. Por ejemplo, al usarlo en el trabajo, produce cambios concretos inmediatos,
ya que te vinculará con toda la renovación que muchas veces necesitamos ahí.
Para ello puedes respirar 5 o 7 veces de la forma que acabas de practicar,
sintiendo como el aire entra y sale, asociándolo a sentir que tu cuerpo se llena de
paz y suelta todas las tensiones. Retomando así, con esta sensación tus
actividades cotidianas.
Esta respiración la puedes hacer la cantidad de veces que necesites durante el
día.